"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

miércoles, 5 de abril de 2017

La voz del profeta




Ciego vagaba en el triste desierto

Mi espíritu sediento padeció,

un alado ángel, de pronto,

en una encrucijada apareció.

Con leves dedos como sueño

mis párpados tocó.

Se abrieron proféticos mis ojos

Ojos de un águila en peligro.

Rozó mis oídos,

de clamores se llenaron, de sonidos:

Oí las vibraciones del cielo
sus angelicales vuelos

el discurrir de los peces bajo el mar

Y el crecer silencioso de la vid.

Me apartó los labios, me arrancó la lengua

Maliciosa, locuaz y pecadora.

Con mano ensangrentada

Puso entre mis labios yertos

bífida lengua llena de sabiduría.

Abrió mi pecho con su espada,

Arrancó mi palpitante corazón

Y un ascua ardiente en la herida me incrustó.

Exánime yacía sobre el desierto

Cuando la voz de Dios me despertó:

“Levántate, Profeta, abre tus ojos, tus oídos,

Y a través del mar y de la Tierra, de los pueblos

Tu verbo abrase el corazón”.


Alexander Pushkin. El profeta

No hay comentarios:

Publicar un comentario