La exposición teológica, la catequesis e incluso la celebración han estado muchas veces demasiado pendientes de demostrar la fe, en vez de proponerla con la alegría del que ha encontrado un tesoro. Lejos de mi ánimo descalificar la apologética. Pero seguramente hay momentos y contextos en los que no es oportuna la demostración —propia de la apologética— de que la fe es razonable y racional, sino la narración fresca del acontecer de la revelación de Dios en Jesús, el Cristo, que irrumpe hasta hoy como una buena noticia.
Josep María Rovira Belloso, Sociedad y Reino de Dios
Y quizás todavía tiene más mérito que esto lo haya escrito un sacerdote que durante muchos años fue catedrático de una facultat de teología .
ResponderEliminarSí, sin duda, mérito añadido, con frecuencia la apologética no sabe contagiar la alegría, y quizas esa alegría es la prueba más rotunda de la Fe. Muchas gracias por su atinado comentario, abrazo fraterno
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