"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

lunes, 18 de noviembre de 2013

Miedo a la vida



Me alegro (de que te hayas enamorado) porque creo que tu tentación ha sido siempre hacia el puritanismo, una estrechez, una cierta falta de humanidad. Tu tendencia era casi hacia la negación de la santificación de la materia. Estabas enamorado del Señor pero no auténticamente enamorado de la encarnación. Estabas realmente asustado. Pensaste (aquí me tienes achacándote toda clase de maldades sin permiso) que si en algún momento te relajabas saltarías por los aires. Estabas lleno de inhibiciones. Casi te mataron. Casi mataron tu humanidad. Te daba miedo la vida porque querías ser santo y sabías que eras un artista. El artista que hay en ti veía belleza por todas partes; el hombre que quería ser santo en ti decía “Caramba, pero eso es terriblemente peligroso”, el novicio dentro de ti decía “mantén los ojos bien cerrados”, el Claud (su nombre de pila) casi saltó por los aires. Si P no hubiera entrado en tu vida, podrías haber explotado. Creo que P salvará tu vida. Diré una misa en acción de gracias por lo que P ha sido, y hecho, por ti. Hace mucho tiempo que necesitabas de P. Tus parientes no podrían sustituirla. Tampoco los viejos y corpulentos provinciales.

Bede Jarret  OP. Carta a un novicio


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