La blasfemia y la insubordinación tienen hoy premio. Se predice el escándalo. Sólo se tolera la herejía, sólo se subvenciona la subversión, sólo los agitadores exaltan, solo los libros "incómodos" se glorifican. Se es anti conformista al unísono. Se trasgreden con ardor leyes represivas en las que, desde hace mucho tiempo, nadie cree ya.
Alain Finkielkraut. La Ingratitud
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