Nombres conocidos y ya incorporados a nuestro martirologio o nombres anónimos pero grabados en el santoral de Dios. Nos sentimos herencia vuestra, Pueblo testigo, Iglesia martirial, diáconos en marcha por esa larga noche pascual del Continente, tan tenebrosa todavía, pero tan invenciblemente victoriosa. No cederemos, no nos venderemos, no renunciaremos a ese paradigma mayor de vuestras vidas que fue el paradigma del propio Jesús y que es el sueño del Dios Vivo para todos sus hijos de todos los tiempos y de todos los pueblos, en todos los mundos, hacia el Mundo único y pluralmente fraterno: el Reino, el Reino, ¡su Reino!
Pedro Casaldáliga
Pedro Casaldáliga
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