Pero alguna gente quiere ver a Dios con los mismos ojos con los que ven a una vaca y quieren amar a Dios como aman a una vaca, a la que quieren por su leche, su queso y los beneficios que obtienes. Así hacen todos aquellos que aman a Dios por las riquezas exteriores o por el consuelo interior; pero estos no aman a Dios rectamente, más bien por su interes personal. Sí, en verdad digo que todo a lo que aspiras y no es Dios en sí mismo no puede ser nunca tan bueno como para no ser un obstáculo en el camino de la verdad suprema.
Maestro Eckhart. El fruto de la nada.