"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

domingo, 21 de abril de 2024

¡El dios deseado y deseante!




Partimos de Dios

en busca de Dios,

sin saber qué buscamos.

El dios con minúscula,

el dios bajo cielo,

el cielo que es mar,

sobre aire que es cielo,

¡entre aire y marcielo,

y que es pleamar, y que es pleacielo!

El dios deseante,

el dios deseado,

-¡el dios deseado y deseante!-

me trae este Dios,

un dios Dios tan DIOS

¡un dios: DIOS, DIOS, DIOS! …

que al cabo de todos los cabos,

que al borde de todos los bordes/ un día encontramos.

Cada vez más suelto, y más desasido;

cada vez más libre, más ¡y más!

¡y más! a una libertad de puertas de Dios.

Y entonces una puerta se abre… y ¡más libertad!

Estoy pasando la cuerda,

la cuerda que Tú me has tendido,

Dios mío, mi dios, ¡Dios mío!

¡Dios mío, no soples, Dios!

Siento la inminencia del dios Dios,

del Dios con mayúscula,

-el que nos enseñaron cuando niños

y no aprendimos-.

¡Dios se me cierne en apretura de aire!

Se me está viniendo Dios/ en inminencia de alma!

¡Se me está acercando Dios

en inminencia de amor!

¡Se me está llegando Dios

en inminencia de Dios!



Juan Ramón Jiménez. Dios deseado y deseante



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