Lo contrario a la fe, por consiguiente, es el fatalismo. El fatalismo no es una filosofía peculiar de la vida que surgiera en un momento dado en algún remoto rincón del mundo. El fatalismo es la actitud predominante de la mayor parte de la gente en la mayoría de las ocasiones. Se expresa en afirmaciones como: «No hay nada que hacer»; «no se puede cambiar el mundo»; «hay que ser práctico y realista»; «no hay esperanza»: «nada hay nuevo bajo el sol»; «hay que aceptar la realidad»... Estas son las formas de expresarse de la gente que no cree realmente en el poder de Dios, la gente que no espera realmente lo que Dios ha prometido.
Alberto Nolan. Jesús antes del cristianismo
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