El mensaje de Guadalupe (que los poderosos han reducido a folclore) es la voz de las masas que invitan a la elite de los poderosos a abandonar su hegemonía económica, social, política y religiosa ... La tarea de los teólogos no es ni canonizar ni rechazar los símbolos religiosos del pueblo, sino reinterpretarlos continuamente a la luz del evangelio. De este modo, la religión del pueblo no será una alienación, sino una ayuda para llevar a la gente a un conocimiento más profundo del Dios que salva. Así no será ya una forma de alienación o una forma de esclavitud, sino una salvación o una liberación. Para millones de mexicanos que viven en México o en los Estados Unidos, Nuestra Señora de Guadalupe es el templo en el que y por medio del cual la presencia salvífica de Cristo se encarna continuamente en el suelo de las Américas.
Virgilio Elizondo
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