"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI

domingo, 30 de junio de 2024

La sombra de la realidad



La belleza es el sorprendente recordatorio, incluso para aquellos sumergidos en la superstición del materialismo, de que aquellos que ven la realidad en términos puramente mecanicistas no ven el mundo real, sino sólo su sombra. Estando enfrente de una pintura de Chardin o Vermeer, uno puede describir el objeto en términos de puros elementos físicos y eventos pero aun así dejar de ver la pintura por lo que realmente es: un objeto cuyos aspectos visibles están cargados con un exceso de significado y esplendor, una misteriosa gloria que es el racional último de su existencia, una dimensión radiante de valor absoluto al mismo tiempo mostrándose a sí misma dentro de los límites de la forma material y trascendiéndolos.

David Bentley Hart. Being, Consciousness, Bliss

jueves, 27 de junio de 2024

Las dificultades


Dios no nos salva de las dificultades, sino a través de ellas.

Frederick Buechner


domingo, 23 de junio de 2024

Por el interés de sus criaturas



El Creador, entonces, no puede haber hecho sus criaturas por su propio interés (pues el amor no hace nada por su propio interés), sino por el de ellas. Por tanto, persigue hacerlas tan independientes como sea posible. Mientras su ser está en Dios, es verdad que cualquier independencia que parezca que tienen será una mera ilusión, pero esa ilusión Dios debe concederla. Así que él les da un mundo de fenómenos en el que y relativamente al cual tengan realidad y autodeterminación.

Henry James Sr. La recensión

viernes, 21 de junio de 2024

Cuando desaparezcan los reinos humanos



El reino de Dios no vendrá a nosotros a menos que comencemos a hacer desaparecer nuestros reinos humanos. No sólo los reinos enloquecidos y obviamente perniciosos, sino también los respetables, los reinos de los escribas y los fariseos, los buenos ciudadanos y los pilares de la sociedad, no menos que los reinos de los publicanos y los pecadores. El ser de Dios no puede ser conocido por nosotros si preferimos prestar atención y lealtad a otra cosa distinta, por digno de crédito que eso pueda parecer a ojos del mundo.

Aldous Huxley. Seven Meditations

martes, 18 de junio de 2024

Los temas centrales




Es probable que de no haberme puesto a estudiar filosofía, no hubiera llegado nunca a preguntarme en serio si era católico o no lo era, porque el periodismo es dispersión del alma, y a fuerza de ocuparme cada día de temas episódicos, se me pasaba el tiempo sin reflexionar nunca en los centrales, por lo que habré tardado unos veinte años en buscar el camino que san Agustín hizo de un vuelo en diez minutos.

Ramiro de Maeztu


sábado, 15 de junio de 2024

La religión del amor


La única religión verdadera es la religión del amor. Cualquier otra cosa es simplemente una excusa para el odio.

Evelyn Waugh

lunes, 10 de junio de 2024

Búsqueda y encuentro



Los sacramentos, especialmente la Eucaristía, que, además de lo que proporcionan, brindan la mayor significación sobre las cosas ordinarias de este mundo: el pan, el vino, el agua, el toque, la respiración, las palabras, el hablar, el escuchar. ¿y qué es lo que tenemos? Tenemos a un hombre en apuros y errante en un mundo real de cosas reales, en un mundo que es un sacramento y un misterio; un peregrino cuya vida es búsqueda y encuentro.

Walker Percy. The Holiness of the Ordinary

sábado, 8 de junio de 2024

La preocupación



La preocupación es una señal de falta de confianza en Dios. Debemos aprender a entregar nuestras preocupaciones y ansiedades al Señor en oración.

Martyn Lloyd Jones

jueves, 6 de junio de 2024

Ahogar mi propia oscuridad





Para mis días pido,

Señor de los naufragios,

no agua para la sed, sino la sed,

no sueños

sino ganas de soñar,

toda la oscuridad que sea necesaria

para ahogar mi propia oscuridad.


Piedad Bonnett. Oración


domingo, 2 de junio de 2024

Compadecer a los hombres




Así, desde la cima de la torre más alta de las ciudades, he descubierto que ni el sufrimiento ni la muerte en el seno de Dios, ni el duelo mismo eran de lamentar. Porque el desaparecido, si se venera su memoria, es más presente y más poderoso que el viviente. Y he comprendido la angustia de los hombres y compadezco a los hombres. Y he decidido curarlos. Tengo piedad sólo de aquel que se despierta en la gran noche patriarcal creyéndose al abrigo bajo las estrellas de Dios, y que de pronto siente el deseo del viaje. He prohibido que se interrogue, sabiendo que no hay nunca respuesta que sacie. El que interroga busca antes que nada el abismo.

Antoine de Saint-Exupéry. Ciudadela