Jerzy Duda Gracz
Ya va el Señor descendiendo
por caminos subterráneos:
de todos los cementerios
sube un clamor a su paso
mientras se impregna de vida
la tierra, con su contacto.
Un soplo de primavera
sacude los huesos áridos
y retrocede la Muerte
entre las tumbas aullando.
¿En dónde está tu victoria,
oh Muerte de dedos pálidos?
Ya van bajo los cipreses
las siemprevivas brotando...
Madrecita que sembraste
a Dios bajo los granados:
sobre el surco de tus lágrimas
han florecido los cánticos;
mañana, cuando el lucero
del alba bese tus párpados,
la tierra dará su fruto
inmortal y perfumado...
Entonces, cierra tus ojos;
entonces, abre tus labios
para que bebas el vino
del Hijo resucitado.
Benjamín Sánchez Espinoza, "Fray Asinello. El Romancero de la Vía Dolorosa.
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