No destruyas mi alma, oh Dios, si es obra de tus manos
Sálvala con tu amor, dónde no prevalezcan
En ellas las tinieblas con su astucia profunda
Y témplala con tu fuego hasta que pueda un día
Embeberse en la luz en ti creada
Si dijiste, mi Dios, cómo ninguno
De los que en ti confiaban
ha de ser desolado
Tras esta noche oscura vendrá el alba
Y hallaremos en ti resurrección y vida
Para que entre la luz abrid las puertas
Luis Cernuda