Para la persona religiosa, Dios viene directa e inmediatamente. Él y Su Voluntad omnipotente son el manantial de toda la vida y de todos los acontecimientos, tanto en el mundo material como en el mundo espiritual. Aunque Él no pueda ser entendido por la razón humana, los símbolos religiosos le dan una visión directa de Él, y Él planta su mensaje sagrado en las almas de aquellos que fielmente se encomiendan a Él. En contraste a esto, el investigador de las ciencias no reconoce inmediatamente nada, salvo el contenido de sus experiencias sensoriales y de las mediciones basadas en éstas. Comienza a partir de este punto, en un camino de investigación inductiva, para aproximarse lo mejor que pueda al fin supremo y eternamente inalcanzable de su búsqueda: Dios y Su orden universal. Por tanto, tanto la religión como las ciencias requieren una creencia en Dios para realizar sus actividades; en la primera, Él es el punto de partida; en la segunda, Él es el objetivo de todo proceso de pensamiento. En la primera, Él representa la fundación, en la segunda – la corona de cualquier razonamiento sobre la visión del mundo.
miércoles, 31 de enero de 2018
domingo, 28 de enero de 2018
Entre los últimos
Por favor no me robes
mi serenidad
Y la alegría de que ningún templo
te contenga,
ni ninguna iglesia
te encadene:
Cristo esparcido
por toda la tierra,
Dios se vistió de humanidad
Cristo, estás el último de todos
como en el tabernáculo más verdadero:
Cristo de los publicanos,
de las tabernas, de los protíbulos,
tu nombre está en todo
lo que florece bajo el sol.
David María Turoldo. Il grande male
viernes, 26 de enero de 2018
Dios como explicación
El filósofo mira a Dios como explicación racional del mundo. Necesita a Dios no para adorarle, sino para salvar su razón. La hipótesis de Dios no es otra cosa que una confesión sin reservas de la explicabilidad del ser, y, si aquí es lícito hablar de una fe, la única que se presupone es la fe en la razón
Józef Maria Bocheński. Introducción al pensamiento filosófico
miércoles, 24 de enero de 2018
lunes, 22 de enero de 2018
El último de la cola
¡Oh, Dios, a Quien hoy no veo,
pero a quien veré algún día!
Me acerco a Ti como un parado,
me pongo en cola
y Te pido amor como si Te pidiera un pesado trabajo.
Jan Twardowski
viernes, 12 de enero de 2018
¡Hay Poesía! ¡Hay Dios!
¡Ya yo no estaba sola!... En armonioso grupo,
como visión soñada, se dibujó en el aire
de un ángel y una santa el contorno divino,
que en un nimbo envolvía vago el sol de la tarde.
Todo cuanto en mí había de pasión y ternura,
de entusiasmo ferviente y gloriosos empeños,
ante el sueño admirable que realizó el artista,
volviendo a tomar vida, resucitó en mi pecho.
Y orando y bendiciendo al que es todo hermosura
se dobló mi rodilla, mi frente se inclinó
ante Él, y, conturbada, exclamé de repente:
«¡Hay arte! ¡Hay poesía!... Debe haber cielo. ¡Hay Dios!»
Rosalía de Castro. En las orillas del Sar
miércoles, 10 de enero de 2018
La letra que con belleza entra
Porque muchas veces saben mejor las cosas divinas a los que no estan muy ejercitados en el gusto y dulzor de ellas, cuando se les da debajo de alguna elegancia de prosa o de metro de suave estilo, que cuando los participan por comunidad e llaneza de incompuestas palabras
Fray Ambrosio Montesinos. Cancionero
domingo, 7 de enero de 2018
Almas oscuras
viernes, 5 de enero de 2018
Epifanía 2018
Fue una partida fría, justamente
La época peor del año para un viaje,
Y un largo viaje como el nuestro:
Los caminos ruinosos y los climas punzantes,
La verdadera muerte del invierno.”
Y los camellos se llagaban,
Las patas lastimadas, refractarios,
Se echaban en la nieve derretida.
Sentíamos a veces la añoranza
De los palacios en verano
Sobre suaves laderas, las terrazas,
Y las chicas sedosas trayendo los refrescos.
Luego, los camelleros con sus protestas y blasfemias,
Que huían, o pedían licores y mujeres,
Y en la noche los fuegos se apagaban,
Y no encontrábamos refugios, y eran
Hostiles las ciudades, desconfiados los pueblos
Y las aldeas sucias, todos recargando los precios:
Fueron días difíciles. Al fin,
Preferimos viajar toda la noche,
Durmiendo a ratos,
Con las voces cantando en nuestro oído,
Diciéndonos que todo, todo era una locura.
.
Luego, al alba, bajamos hasta un valle templado,
Húmedo, al pie de la línea de nieve, fragante de espesura,
Con un torrente y un molino de agua que batía la sombra con sus aspas,
Y tres árboles solos contra un cielo cercano.
Y un viejo caballo blanco huyó al galope sobre la pradera.
Después llegamos a una fonda que encima del dintel tenía hojas de parra,
Por una puerta abierta seis manos que jugaban a los dados por monedas de plata
Y unos pies que pateaban unos odres vacíos.
Pero no había información, y continuamos
Y así llegamos al anochecer, encontrando el lugar
En el momento justo… Fue (me podrían decir) satisfactorio.
.
Todo esto fue hace mucho, lo recuerdo,
Y lo haría de nuevo, pero aclarando antes,
Esto aclarando,
Esto: ¿fuimos guiados
Durante todo ese camino para
Un Nacimiento o una Muerte?
Hubo, por cierto, un Nacimiento,
No hay dudas, lo pudimos comprobar.
Yo había visto nacimientos y muertes,
Pero había pensado que eran algo distinto;
Este otro Nacimiento para nosotros fue
Una agonía ardua y amarga, como la Muerte, nuestra muerte.
Regresamos así a nuestros países, a nuestros Reinos,
Pero ya no hubo paz para nosotros,
Aquí en los viejos usos, con un pueblo
De extraños aferrados a sus dioses.
Yo querría morir con otra muerte.
T.S.Eliot. El Viaje de los Reyes Magos
martes, 2 de enero de 2018
Comenzar a caminar
Aproximarse a Dios como si se tratara de un objeto de discusión teórica es errar la senda antes de empezar a caminar. Mirarlo así es imposible: Dios es el poder que ha hecho que hablemos.Ha puesto las palabras vitales en nuestros labios.
Eugen Rosenstock-Huessy. The Christian Future or the Modern Mind Outrun
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