¡Su risa! Esa es el arma del príncipe de este mundo. Se oculta lo mismo que miente, adopta todos los aspectos, incluso el nuestro. Nunca espera, no se queda quieto en ningún sitio. Está en la mirada que lo desafía, está en la boca que lo niega. Está en la angustia mística, está en la seguridad y la serenidad del necio…
George Bernanos. Bajo el Sol de Satán
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