En esta época trátese de la humanidad de Jesucristo, de su
tormento y de su pasión redentora; alrededor de Él están la Virgen, que lo
acompaña en la Pasión y todos los santos con sus rasgos y hechos individuales,
y también la humanidad con todos sus caracteres, con aquellos rasgos que
desempeñan un papel en la vida del hombre; y también está allí presente la
naturaleza todas reconciliada con el hombre en la gracia de los Evangelios. El
alma humana fulgura por doquier a través de las ventanas de ese mundo objetivo;
el yo humano está cada vez más presente en la escena, como un objeto que el
arte ofrece a nuestra visión. Pronto el yo hoy del hombre habrá de sentirse
perdido en su humana soledad cuando se disuelva el orden sagrado del antiguo
espíritu cristiano y el hombre comience a buscar en una tierra que se le
aparece hostil, un lugar para desplegar su recién descubierta autonomía.
Jacques Maritain. La intuición creadora en el arte y la poesía.
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