"El arte que trasciende, que ayuda a ver y encontrar al otro, que es expresión de la tradición y de la renovación de la fe y de belleza". Benedicto XVI
jueves, 21 de octubre de 2021
La mirada ardiente
Desplazar el tacto hacia la mirada para hacerla ardiente: Jesús, cuando vio al leproso aún lejos, “se conmovió” (Mc 2, 41) y, aunque después “extendió la mano y le tocó”(hoy le hubieran puesto una multa), aquella mirada cálida había ido por delante y casi le había curado sola. Y a aquel chaval inquieto y buscador que se le acercó, (economista por Harvard, startups de alto impacto…) Jesús “le miró con cariño” y le invitó a seguirle. (Mc 10,21). La cosa no acabó bien porque el chico le sonó el móvil (“perdona, es un zoom importante con gente de Silicon Valley…”) y luego ya se lio con otras cosas y no volvió. Pero estoy segura de que la mirada de Jesús se quedó en stand by esperándole por si acaso se arrepentía. Dolores Aleixandre. Una visita indeseable
Me llamaste y tu grito laceró mi sordera; brillaste y tu esplendor disipó mi ceguera ; difundiste tu fragancia y respiré corriendo tras de ti; te conocí y me dejaste con hambre y sed; me tocaste y ardo en el deseo de tu paz.
San Agustín. Confesiones Lib X,27,38
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