martes, 14 de mayo de 2019
La fuente de la inspiración
Las doctrinas que siempre quisieron mejorar la suerte del hombre surgieron, no por casualidad, en la Europa en la que el cristianismo arraigó y en la que su mensaje fue capaz de identificarse con la cultura de un continente Los principios humanistas nacieron en nuestra civilización y ahora deben servir de inspiración a quienes deseamos superar el vacío angustioso que padecemos. No hubo obra artística, fantasía de la imaginación o festín de la belleza que no se inspirara en los valores de la religión cristiana. No hubo
tampoco –y en ello habrá que poner especial énfasis– declaración de derechos, exigencia de respeto a la dignidad del hombre o invocación a la condición fraterna de la existencia, que no tuviera su origen en el cristianismo. A quienes levantaron banderas de emancipación solo se les ocurrió hacerlo porque su vida había estado impregnada de un ambiente de valores superiores y de crítica a la injusticia inspirado en el Evangelio.
Fernando García de Cortazar.
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