Naturalmente, existe Dios; desciende
de vez en cuando entre nosotros; pasa
sus temporadas en la tierra;
escribe un libro; pinta un cuadro; apresa
una tormenta en números de oro;
devuelve a un pobre hombre la esperanza;
hace feliz a un pueblo, hermosa a una ciudad.
Luego se muere y lo enterramos.
(...)
Nadie tenía pena, porque todos
sospechan oscura, vagamente
la verdad: cómo Dios de vez en cuando
viene de incognito a la tierra
a hacer las cosas bien y bellamente,
calladamente, para que los hombres
se hagan de vez en cuando la ilusión
de que han creado la belleza.
Aquilino Duque. De la existencia de Dios
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