la total impotencia de Dios para hacer algo o siquiera preocuparse por el sufrimiento humano, entramos en el
estadio de la «palabra en el desierto» de Eliot, y escuchamos toda la retórica de ideólogos, expurgando, revisando,enderezando, racionalizando, proclamando el tiempo de la renovación. Después de eso, tal vez podamos oír la voz aterradora y bienvenida que aniquila todo lo que creíamos saber, y restaura todo lo que nunca hemos perdido.
Northrop Frye. Poderosas Palabras
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