No se trata de distinguir una época de otra, sino de distinguir la conciencia religiosa de la no religiosa. El tiempo para la mayoría de las personas actuales es un eje horizontal. Los eventos, desde este punto de vista, no pueden existir de otra manera que en una secuencia cronológica estricta. No coexisten entre sí, sino que se suceden. Es por eso que un estilo sustituye a otro, y no solo lo sustituye, sino que también lo anula. De esto se deduce que el último evento histórico (hasta el momento) tiene ventajas sobre el penúltimo. De ahí que el culto al futuro fuera impensable en la Edad Media, y su producto es la utopía. Colocada en la base de la política estatal, como sucedió en la Unión Soviética, la utopía negó todos los tiempos excepto el futuro y se cobró millones de vidas.
Evgueni Vodolazkin
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