Tu don tremendo
de palabras, Señor,
pago asiduamente.
Despiértame de entre tus muertos:
cada uno a tomado su tierra
y su mujer.
Tú has mirado dentro de mi
en la oscuridad de las vísceras.
Nadie tiene mi desesperación
en su alma.
Soy un hombre solo,
un solo infierno.
Salvatore Quasimodo. A tu luz naufrago (fragmento)
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