El gemido hacia ti, rezo implorante;
La belleza y el bien que no se miden,
el carbón superado en los diamantes,
el fuego alado y el alado aire,
todo está en Ti, todo eres Tú, Tú eres,
¡Oh Padre universal, extenso Padre!
Por mi perfecta célula y el alma
que a Ti elevo en jornadas de alabanza,
por la piedra que calla,
por el río que canta,
gracias, Señor mi Dios, tan necesario
que hasta el monstruo te ama
Juana de Ibarbourou. Amor Divino
No hay comentarios:
Publicar un comentario