Hay momentos y gestos en que este poderío de Dios es proclamado con mayor pureza. ¡La efusión, o bautismo en el Espíritu! ¿Qué hemos hecho con la efusión del Espíritu? En ella está encerrada la gracia que es propia de la Renovación. Allí, Jesús aparece como aquel que "es"; allí, se muestra el Señor que otorga el Espíritu. Allí, el hombre no es nada y Dios lo es todo. Si pudiéra mos recoger las experiencias de tantos hermanos, sobre todo entre los primeros, descubriríamos cuántas vidas ha renovado ese gesto, cuántas vocaciones ha suscitado.
Raniero Cantalamessa. La sobria embriaguez del espíritu
No hay comentarios:
Publicar un comentario