miércoles, 22 de julio de 2015
Contagiar
Confiaremos el hijo a una guardería católica, a un buen colegio católico y a una universidad católica. Luego procuraremos integrarlo cuanto antes en un sindicato católico, en una mutua católica, en un círculo católico, en un club deportivo católico. Y cuando haya muerto en una clínica católica, entre las manos de un médico católico, aquella sal de la tierra nunca habrá salado nada, y aquella levadura siempre habrá estado cuidadosamente preservada de la masa.
Louis Évely. Credo. El símbolo de los apóstoles.
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