¡Padre mío! ¿Eres tú a quien siento en mí mismo?
Tu poder de vivir y vencer a la muerte
¿No habrá ya sucumbido bajo el ímpetu fuerte
De aquel ángel nocturno condenado al abismo?
Pues me entrego muy solo a llorar y a sufrir
Y si muero, ¡ay, entonces todo se va a morir!
Gerard de Nerval. Le Christ aux Oliviers (Frag.)