-¿La Mula?
-Señor, la mula
está cansada y se duerme,
ya no puede dar al niño
un aliento que no tiene.
-¿La paja?
-Señor, la paja
bajo su cuerpo se extiende
como una pequeña Cruz
dorada pero doliente.
-¿La Virgen?
Señor, La Virgen
sigue llorando.
-¿La nieve?
-Sigue cayendo; hace frío
entre la mula y el buey.
-¿Y el niño?
-Señor, el niño
ya empieza a mortalecerse
Y está temblando en la cuna
como el Junco la corriente.
Todo está bien.
-Señor, pero…
-Todo está bien.
Lentamente
el Ángel plegó sus alas
y volvió junto al pesebre.
Luis Rosales. Diálogo entre Dios Padre y el Ángel de la Guarda del Niño que regresaba de Belén.
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