¿Qué Dios del mundo podría llenar más que el que invoca Jesús de Nazaret? ¿Qué Dios que se comunique más con nuestra condición? ¿Qué Dios que lo sea tanto del amor? ¿Cuál que castigue menos y consuele más? Pero ese Dios abandona a Jesús un Viernes Santo y para muchos, por desgracia, ya no amanece el Sábado de Gloria. Jesús ha muerto. Dios ha muerto. Terrible Viernes Santo.
Cesar Simón. En nombre de la nada
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