Siempre sea amigo de dar a otros contento más que a sí mismo, y así no tendrá envidia ni propiedad acerca del prójimo. Esto se entiende en lo que fuere según perfección, porque se enoja Dios mucho contra los que no anteponen lo que a Él place al beneplacito de los hombres.
San Juan de la Cruz. Escritos cortos
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