jueves, 30 de enero de 2020
El cabo suelto
Es irrisorio vivir sin fe. Por eso nos hemos convertido, los unos para los otros, en las criaturas más ridículas y nuestra máxima sabiduría no ha evitado que creamos ser el engendro de la sonora carcajada divina.
Dios es, en todo lo que somos, nosotros eternos principiantes, el extremo herido, el cabo suelto que nos permite pensar y respirar.
Botho Strauss. Parejas, transeúntes
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