miércoles, 14 de junio de 2017
Lugares de encuentro
El mundo creado que nos rodea es como una voz que nos habla. Sí nuestra fe es débil esa voz provoca en nosotros la distracción, nos separa de Dios y nos centra en nosotros mismos. Con el aumento de la fe se produce el proceso opuesto; el mundo extemo empieza a hablarnos de Dios, nos concentra en Dios y nos impulsa hacia él. Se convierte en un signo de su presencia, nos ayuda a entablar contacto con él y se transforma en un lugar de encuentro con él.
Tadeus Dajczer. Meditaciones sobre la fe
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