Dios es la causa de todas las cosas bellas, pero de algunas de una manera esencial, como del Antiguo y del Nuevo Testamento; de otras secundariamente, como de la filosofía. Y quizás ésta ha sido dada fundamentalmente a los griegos, antes que el Señor los llamara también: pues ella conducía a los griegos hacia Cristo como la Ley a los Hebreos. Y, todavía ahora, la filosofía es una preparación que orienta a aquel que es perfeccionado por Cristo.
Clemente de Alejandría. Stromata, 1, 5, 28
Clemente de Alejandría. Stromata, 1, 5, 28
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